martes, 1 de marzo de 2011

Fogonazos. Dos salsas facilonas y triunfadoras.

Acaba el mes de la sopa, pensando en si llamarle la atención al amigo Hrundi, no por su escasa participación activa en la Liga (excusada esta vez por enfermedad y estado febril) sino precisamente por ello, por no haber aprovechado el tiempo de enfermedad y colgar las mejores y más famosas sopas de la Humanidad: las de cuando se está malito y en cama... Pero como veis, a lo hecho pecho, y a Hrundi, como a todos los buenos amigos, se le perdona todo.
Aquí me tenéis, raudo a prestaros unas recetillas de elementos a veces indispensables en la cocina, y que no siempre se tienen a mano: las salsas.
En concreto, os hablaré de dos de mis salsas más probadas y famosas. La de yogur y la melosa. En principio están pensadas para carne, pero la de yogur es muy válida para un salmón a la plancha o un lomo de atún, por ejemplo.
Lo que si veréis es que, un ingrediente como una buena mostaza, que en este caso se usa en las dos salsas, no molestan en la nevera. Estad preparados.

La salsa "melosa", se prepara 5 minutos antes de servir el plato. Consta de: mostaza francesa de Dijon (sea con granos, o más cremosa), salsa de soja y miel.
No creo que haga falta que diga que la mostaza en cuestión la podéis encontrar en cualquier supermercado, pero lo hago.

La cuestión es mezclar en un bol templado (dadle 3 vueltas al microondas) la miel y la mostaza, a partes iguales según cantidad de comensales, e ir añadiendo después la salsa de soja y removerlo para ligar bien.
Lo ideal es que quede una textura algo melosa, y en mi caso personal, la rectifico siempre con más miel, para conseguir mejor textura y que no quede muy fuerte de mostaza.
Es una receta ideal para rebozados y carnes algo secas pero sabrosas. En mi Fogón se prepara generalmente acompañando a una celebrada sencillez que algún día compartiré, que es mi pollo crujiente, y que sirvo en un cuenquito individual junto a las porciones de pollo para ir mojando.

Salsa de yogur.
Típica salsa que puede convertir un plato de "lo que hay, que pa' eso es fin de mes" en un estruendoso "¡Jo, tío/a, cómo te lo curras!"... E incluso si también ibas con antelación, claro está.
En este caso, la salsa se sirve junto a la carne que acompaña, pues se hace en el último instante en la sartén. Cuando estemos a punto de retirar de la plancha o sartén las piezas de carne o pescado (ojo, es importante que haya el aceite justito de haber hecho plancha, no más) añadimos un par de cucharadas de postre de mostaza -en este caso si se agradece la de grano gordo- y un buen yogur natural, y doblar las cantidades si nos gusta jugar al hundir la flota con los barquitos de pan en las salsas.
Dos opciones, añado: o se retira la carne y se hace la salsa en los restos de la sartén, si se quiere presentar como filete con guarnición y salsa aparte. O también, como se ha indicado, se presenta todo unido, habiendo aprovechado el último momento de la carne para preparar la salsa.
En cualquier caso, habrá que bajar un poco el fuego, e ir ligando sin parar de remover, los ingredientes de la salsa.

Ya me diréis si os han gustado y si las probáis, pasaos a comentar.
Nos vemos en los fogones.

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